Cena para dos

Cena para dos: cómo organizar un festejo íntimo

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Un aniversario de la pareja, un cumpleaños, un ascenso en el trabajo, la noticia del tan esperado embarazo y mil situaciones más, son motivo suficiente para hacerle un hueco en la agenda a la vida de a dos que, muchas veces, queda a un costado por las obligaciones cotidianas. Aquí, una guía para organizarse y no morir en el intento.

Poner a la pareja en el centro de la escena por un rato es posible, pero muchas veces requiere un cierto esfuerzo, porque la inercia de las obligaciones cotidianas parecen no dejar tiempo ni para estar con uno mismo ni con los demás.
Teniendo en cuenta la importancia que tiene para el futuro de una pareja el hecho de no dejarse arrastrar por la marea de obligaciones laborales, familiares y hogareñas que sumergen en una rutina peligrosa, una opción para hacerle un lugarcito es preparar una cena especial. Pero, ¿cómo hay que organizarla? Aquí, algunos tips que pueden ser de gran ayuda:

* En primer lugar, hay que chequear las agendas de ambos miembros de la pareja y fijar el día, comprometiéndose a no suspender la «cita» salvo por un imponderable. Es importante recordar y recordarse que este encuentro tiene tanto o más importancia que la reunión de trabajo o la entrevista con la maestra de los chicos.
* Una vez fijada la fecha, habrá que asegurarse privacidad: si la pareja tiene hijos, tendrá que ir arreglando con tiempo quién puede llevárselos a dormir esa noche. De ser posible, siempre es útil tener un Plan B. Si no hay chicos, habrá que advertir a padres y amigos más cercanos que esa noche el teléfono va a estar desconectado y los celulares, apagados. Que no se preocupen que no sucedió ninguna desgracia, más bien todo lo contrario.
* El programa ideal incluiría que al otro día no haya que madrugar.

A partir de este punto, los gustos y hábitos de la pareja van a marcar grandes diferencias para programar qué se va a hacer esa noche, por lo que el «menú de planes» es bien variado. Pero una idea interesante puede ser encontrarse en un bar al que se puede llegar juntos o separados, tomar algo y conversar en un ámbito que no es habitual. Si cada uno viene de su trabajo, este tiempo puede servir para ir desconectándose lentamente de los temas laborales.
Volver a casa, darse una ducha juntos o un baño de inmersión –para este momento conviene haber dejado compradas velas, sales y espuma de baño y todo lo que dicte la imaginación-, comer algo rico  y preferentemente comprado o preparado con anticipación –porque lucirse con una cena de cuatro pasos y llegar agotada a la hora del postre no es buena idea- y después dedicarse un tiempo para la intimidad y los mimos, con el televisor apagado. Las cremas para masajes, los sahumerios y todo lo que le guste  ala pareja se puede desplegar ene sta noche que fue planeada por ellos y para ellos.
Los más románticos pueden armar una cena con las mejores copas, vino, velas y música suave y los que tengan muchas ganas de salir pueden comer algo e irse a bailar la música que les guste. Volver al parque o a la confitería a la que iban cuando estaban de novios puede ser un buen final para los que decidieron salir.
Cada uno lo hará a su manera, pero lo importante es que estos momentos de intimidad vayan transformándose en un saludable hábito semanal o quincenal, en la medida de las posibilidades -, que en algunas ocasiones puede ser un derroche de imaginación y en otros simplemente un DVD y un pedido de comida china.
Y aquellas parejas que sientan culpa por dejar por una noche a los hijos, deberían tener en cuenta que este hábito no es saludable sólo para ellos: también lo es, por extensión, para toda la familia.Universo Mujer

fuente: Universo Mujer

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