¿Cambiar pañales? No, gracias

cambiar pañales
cambiar pañales

Cada vez son más las parejas que dejan pasar los años sin tener hijos, y simplemente muchas no quieren tener familia. Inseguridad laboral, necesidad del trabajo femenino, horarios extenuantes, falta de una red familiar de ayuda… No sorprende mucho ¿no?…

Leíamos hace unos días que casi un cuarto de millón de parejas en edad fértil de Madrid no quiere tener hijos: eso hace el 14,5% de los matrimonios en la región. En toda España (aunque el dato es de 2009), llegan hasta los 3.500.000 de parejas.

El fenómeno ha crecido mucho en las últimas dos décadas. En el mundo anglosajón, esto incluso tiene un nombre: son los «dinks»: «Doble income, no kids» (dos sueldos, ningún niño). Algunos lo postergarán algunos años más (necesidad de encontrar mayor estabilidad laboral o profesional) y otros ni siquiera se lo plantean.

Los expertos dicen que la clave es el avance en la igualdad de sexos y el trabajo de la mujer; es ella la que decide si postergará o no sus avances profesionales por ser madre. ¿Sólo las mujeres estamos en el meollo? Muchas de estas parejas, de mutuo acuerdo, no están dispuestas a ver reducida su libertad de movimiento, algo como «¡todo lo que consumiría un hijo lo necesito para mí!». La falta de apoyos gubernamentales para la conciliación y los primeros tiempos de crianza tampoco ayuda mucho (¡qué poquitos tuvieron la suerte de recibir 2.500 euros por nacimiento!).

A veces creo que los niños no se tienen, que ellos te tienen a ti. Modifican nuestros horarios, ocupan todos los espacios de la casa, hacen ruido, reclaman nuestra atención… Si no se cuenta con una mínima capacidad de entrega, está claro que es mejor no tenerlos. Pero cuando un hombre y una mujer los desean, ya no se siente como una «esclavitud». Es cierto, la vida está muy difícil para criar a los hijos en óptimas condiciones, asegurándoles las comodidades que todos, madres y padres, queremos darles.

Intento ponerme en el lugar de esas parejas: probablemente, de no haber sido madre a los veintiséis, quizá ahora tendría un puesto de responsabilidad en una empresa importante, quizá no. Mi vida de pareja habría sido más divertida y despreocupada. Pero quizá no. ¿Se puede, realmente, analizar con frialdad los pros y contras de tener un hijo?

fuente:ar.mujer.yahoo.com