Riqueza espiritual

No hay éxito sin practica espiritual

 

Espiritualidad
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Qué extraño. Un señor de túnica morada y pelo largo invita a ganar millones de la mano de la espiritualidad. Y jura que a través de la filosofía budista llegó a vicepresidente de una compañía de diamantes, logrando facturar 200 millones de dólares en apenas un año. ¿Acaso dinero y alma no eran esos dos mundos irreconciliables, siempre en pugna, de todo mortal? “Nada de eso. No hay negocios exitosos sin una adecuada práctica espiritual”, asegura Michael Roach (57), gurú de ejecutivos y millonarios de todo el mundo, de hombres y mujeres sedientos de una verdad más allá de la que tienen cotidianamente frente a sus ojos, la de los billetes y las tarjetas de plástico.

Roach nació en Los Angeles, California, estudió religión en la universidad de Princeton y se graduó con honores. Perdió a sus padres tempranamente –ambos a causa del cáncer– y luego su hermano se suicidó. Fue entonces que decidió dejar su sueño de ser cura de la iglesia católica y se fue a estudiar a un monasterio tibetano. Luego de pasar más de veinte años recluido, se convirtió en el primer occidental en lograr el título deGeshe, que significa maestro de budismo. Después volvió a Estados Unidos y fue entonces que comenzó su actual carrera de impulsar el éxito ajeno, brindando talleres y retiros espirituales a ejecutivos de empresas como Xerox, Goldman Sachs, DuPont y Microsoft.

“El camino es sencillo. Primero hay que verlo en uno mismo. Triunfar o fracasar sólo dependen de nuestra mente”, enfatiza en su segunda visita a la Argentina para presentar El Tallador del Diamante (Ediciones Amara), un libro que ya lleva vendidos 3 millones de ejemplares y fue traducido a más de 20 idiomas. Además de dar una conferencia gratuita sobre la felicidad en el Museo de Arte Latinoamericano, fueron muchos los empresarios que pagaron $ 3.500 para asistir a un retiro con él en General Rodríguez, con la promesa de compartir su “fórmula del éxito” en los negocios.

¿Cuál es tu concepto de felicidad? Creo que la felicidad tiene distintos niveles, y tiene que ver con lo económico y lo personal. Se necesita tener dinero para poder comer, por eso lo llamo “dinero oxígeno”. Respiramos sin pensar, no nos preocupamos por darle aire a nuestro cuerpo. Mi sueño es que el dinero funcione del mismo modo: que esté disponible para todos. En mi vida tengo dinero, y por eso el tema no me preocupa, porque cuando lo necesito está ahí. Otra cosa: si uno tiene dinero pero no salud, no se puede disfrutarlo. Hay muchos que trabajan toda la vida para hacerse ricos, pero terminan usando toda su vitalidad para triunfar y quedan viejos y enfermos.

¿Y qué pasa con el amor?Hay que tener una linda pareja. Si tenés dinero pero v

PAZ
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olvés a tu casa y comés solo, no es divertido. Por eso mi enseñanza es integral: le digo a la gente cómo hacer dinero, cómo ser fuerte y joven, y también cuál es la mejor manera de encontrar una buena pareja.

¿Cómo se logra todo eso? Meditando, haciendo yoga, compartiendo. Hay que tener un buen maestro y después aprender a enseñar. Porque si a vos te va bien pero ves que otra gente no tiene lo mismo, es muy difícil disfrutar en esa situación. Todos tenemos hambre espiritual: no podemos ser felices a menos que ayudemos a otros.

¿Por qué decidiste dejar el monasterio para trabajar en negocios? Mi maestro personal, mi Lama, me dijo que tenía que hacerlo, que lo mío era armar una compañía. Quería que lo hiciera para ver si se cumplían o no los principios de mi felicidad. Hoy, esa compañía que ayudé a armar gana 200 millones de dólares al año y tiene 10 mil empleados. El año pasado Warren Buffet, el accionista más poderoso del mundo, la compró. Entonces, el objetivo del “dinero oxígeno” está más que cumplido en mi caso (se ríe).

¿Cuál fue el mayor obstáculo? Que tenía un problema de salud, un problema muy serio en el pie izquierdo, hereditario y degenerativo. Utilicé los principios del budismo para curarme, y ahora hago ballet clásico, ¡con punta y todo! Me divierte muchísimo bailar.

Hablás de tener pareja para ser feliz, pero ¿acaso los monjes la tienen? Yo tengo una muy linda compañera espiritual. Se puede compartir una misma manera de ser y de ver las cosas en otro plano. Para iluminarse es necesario tener una pareja de ese tipo.

A primera vista, los negocios no tienen conexión con la espiritualidad. ¿Cuál es el punto de unión que encontraste? La espiritualidad es la causa de la felicidad y compartir esa felicidad fomenta la espiritualidad. Para volverte exitoso necesitás meditar aprendiendo de un buen maestro y practicar yoga para mejorar el estado físico. El principio básico es lo que Jesús nos enseñó: tratar a los demás como nos gustaría ser tratados. Por eso, si querés dinero, tenés que ayudar a los pobres. Si querés mantenerte joven, tenés que trabajar por los enfermos. Si buscás una pareja linda, debés acompañar a personas que están solas y tristes. La clave está en emplear la técnica que nosotros enseñamos. ¡Si yo lo logré siendo un monje estúpido, todos pueden hacerlo!

¿Cómo son esos ejecutivos que llegan a trabajar con vos? Te cuento una historia: dos mujeres de Nueva York estudiaron mi libro. Eran secretarias en una agencia de publicidad, pero decidieron dejar todo y fundar su propio negocio. Fueron muy valientes, se lanzaron sin nada. Hoy tienen un edificio de 55 pisos en Manhattan y están haciendo 1.500 millones de dólares por año. Su compañía se llama Kaplan Thaler. ¡Yo ni siquiera sabía de su existencia! Pero las vi en televisión mostrando mi libro mientras hablaban de su éxito. Entonces las llamé y nos hicimos amigos. Pero ahora, cuando las invito a cenar, me dicen “Ay, no podemos, estamos muy ocupadas…”. ¿Podés creerlo? Por suerte están enseñando, que es la manera de sostener el dinero que hacen.

¿Qué pasa si uno hace dinero, pero no tiene ganas de compartir ni enseñar? El dinero empieza a bajar, hasta terminarse. Si tenés una semilla y querés que crezca una sandía, la plantás. Cuando la sandía crece, destruye la semilla. Lo mismo pasa con el dinero: plantamos dando dinero a otros. Cuando viene el primer montón destruye ese germen, y por eso todas las compañías pueden morir, tanto como las personas y las sandías. Hay que sembrar nuevas semillas permanentemente. Es un proceso muy hermoso.

Psicologia Espiritual
Psicologia Espiritual

Pero los trabajos por lo general generan estrés y eso es muy poco espiritual. Entonces tenés que hacer de tu trabajo tu espiritualidad. La gente de negocios trabaja demasiado y me dice que tiene hambre de espiritualidad. Hay quienes me piden por favor que les saque la laptop y el celular. Es que tienen un dato equivocado en su mente: creen que la vida espiritual y el trabajo deben estar separados. Suponen que los ejecutivos famosos no pueden hacer yoga ni meditación. Yo les enseño cómo integrar las dos cosas: el dinero puede ser usado para objetivos espirituales.

¿Nunca tenés malos días? ¡Sí, claro que los tengo! Obviamente no soy perfecto… Como todo humano puedo estar de mal humor, pero sin duda lo estoy mucho menos que quienes no tienen una vida espiritual. Trabajo con 200 compañías y organizaciones y no me siento estresado, sino feliz, porque sé cómo hacer para que sigan funcionando. ¿Cómo cambió tu vida desde que sos monje? Aprendí una manera de lograr todo lo que quiero: dinero, salud y hermosas relaciones interpersonales. Lo más difícil para mí es tratar de pensar las formas de compartirlo. No soporto ver personas sufriendo por cosas que se pueden cambiar, como la forma en que distribuyen el dinero.

¿El budismo es tu única religión? No. Cuando aún no era monje, era un cristiano que amaba la Iglesia. Quería ser cura y fui monaguillo durante doce años. Me anoté en el seminario, pero después me fui a estudiar con los tibetanos. Yo creo en los ángeles y enseño que hay que pedirles ayuda. Ellos no son budistas o católicos, trabajan para la misma compañía.

Budismo y algo más Toda persona tiene potencial. El éxito depende de verlo y de aprender a dominarlo.

Que las cosas vayan bien o mal depende de cómo las percibamos. Nada de lo que nos sucede es bueno o malo por su propio lado.

Hay que ajustar el humor para el día pasando unos minutos tranquilo y en silencio por la mañana. La paz matinal es esencial para activar el éxito completo.

De noche tenés que revisar las tres mejores cosas del día y las tres peores. Concentrate en las buenas e imaginá los primeros pensamientos que vas a tener al despertar.

Evitar emociones negativas contribuye tanto al bienestar físico inmediato como a la salud a largo plazo. Si podés detener y finalmente vencer todo estado mental negativo, cada día será más agradable.

El budismo siempre ha enseñado que hay un momento y un lugar para adoptar la vida de un monje en reclusión y vivir alejado del mundo. Pero luego hay que volver a él para servirlo.

No aceptes nunca la idea de que debido a que estás metido en negocios no tenés la oportunidad de llevar una auténtica vida espiritual.

Hay que romper con la rutina habitual; tener tiempo para pensar en el porqué en vez del cómo del trabajo; tiempo para planear, para reflexionar y para recibir nueva energía y fuentes de inspiración.

fuente:parati online

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