Los pies deben cuidarse durante todo el año, pero el momento de mayor exposición llega con el calor, cuando las sandalias los dejan al descubierto. Los pies, que cargan con todo el peso del cuerpo, merecen, de vez en cuando, una atención especial.+
Así como lo ideal es realizar la manicura una vez a la semana, los pies deberían arreglarse profundamente por lo menos una vez al mes, además de tener la precaución de usar una piedra volcánica con abundante jabón en la ducha y de encremarlos generosamente todas las noches.
Si existen callos, durezas o uñas encarnadas, la visita al podólogo debe ser mensual. Si no hay problemas de este tipo, con una sesión de belleza de pies será suficiente. Y ese momento de atención especial que se le dedica a los pies no tiene por qué ser en un salón de belleza, porque hay muchas opciones caseras a la hora de tomarse un rato de relax y encarar un “spa de pies”.
En primer lugar, hay que usar un quitaesmalte para retirar los restos de brillo o esmalte que puedan existir.
Luego se cortan y liman las uñas, dejándolas lo más rectas posibles, de modo que no se encarnen.
Después se sumergen los pies durante unos diez minutos en un recipiente con agua tibia a la que se le habrá colocado algún jabón líquido –los hay especiales para baños de pies, con sustancias refrescantes como tomillo y menta-. También se pueden colocar sales de baño.
Una receta casera muy efectiva para el baño de pies consiste en disolver en agua caliente medida taza de bicarbonato de sodio y media taza de sal marina o de cocina.
Con los pies húmedos, se puede utilizar alguna crema exfoliante o preparar una casera con azúcar y crema humectante, lo que permite retirar las células muertas.
Después de enjuagar bien y utilizando una crema para las cutículas, se empujan con un palito o se cortan levemente con el alicate, según se acostumbre.
Luego se cepillan y se limpian muy bien las uñas con un palito de naranjo.
De nuevo se enjuagan los pies y llega el momento de darles un buen masaje. Teniendo en cuenta que los pies concentran muchas terminales nerviosas, cualquier masaje va a resultar agradable, incluso el ejercicio de hacer rotar con el pie una pelotita de tenis que esté en el suelo. La reflexología, que trabaja presionando puntos específicos, es una terapia especialmente indicada para aplicar en los pies y que puede ser un “mimo extra” después de una temporada de mucho trabajo. Si de extras se trata, también hay que contemplar la posibilidad de acercarse a algún centro de estética para disfrutar de un baño de parafina, que deja los pies increíblemente sedosos.
Al terminar, se encreman muy bien, se enjuagan apenas las uñas y se les coloca el brillo o el esmalte elegido, cuidando de mantener los dedos separados con algodoncitos para que el esmalte no se corra.
Hay que tener en cuenta que así como el verano es el momento de mayor exposición de los pies, también los deja más desprotegidos y, por ejemplo, la arena, pueden resecarlos si no se los cuida lo suficiente. Por eso, al volver de las vacaciones, los pies suelen necesitar atención especial.
Siguiendo los pasos anteriores –tanto los cuidados diarios como los mensuales-, eligiendo un calzado cómodo, de buena calidad y de taco no muy alto y evitando las medias sintéticas, se lograrán unos pies perfectos.
fuente:universomujer.com